Cada fichero de su sistema está representado por un inodo. Un inodo contiene toda la información acerca de un fichero. Sin embargo, el inodo no es directamente visible. En su lugar, cada inodo se vincula al sistema de ficheros mediante uno o más enlaces no simbólicos (hard links). Los enlaces no simbólicos (hard links) contienen el nombre del fichero y el número de inodo. El inodo contiene el fichero propiamente dicho, es decir, el emplazamiento de la información que se almacena en el disco, sus permisos de acceso, el tipo de fichero, etcétera. El sistema es capaz de hallar cualquier inodo con tal de disponer del número de inodo.
Un único fichero puede tener más de un enlace no simbólico (hard link). Ello significa que múltiples nombres de fichero se refieren al mismo fichero físico en el disco (es decir, que están asociados al mismo número de inodo). Sin embargo, no es posible realizar enlaces no simbólicos (hard links) de un sistema de ficheros a otro: todas las referencias duras a un fichero específico (inodo) deben tener lugar en el mismo sistema de ficheros. Esto se debe a que cada sistema de ficheros dispone de su propia serie de inodos, y pueden existir inodos duplicados en diferentes sistemas de ficheros.
Puesto que todos los enlaces no simbólicos (hard links) a determinado inodo se refieren al mismo fichero, puede hacer cambios al fichero llamándolo por uno de sus nombres, y luego ver esos cambios cuando lo llame por un nombre distinto. Pruebe este ejemplo:
Todos los ficheros tienen este mismo comportamiento, incluso los ficheros especiales tales como los dispositivos. ( (e.g. /dev/hda).
Un directorio es simplemente una lista de nombres de ficheros y números de inodos, es decir, una lista de enlaces no simbólicos (hard links). Cuando se crea un enlace no simbólico (hard link), simplemente se añade una pareja nombre-inodo a un directorio. Cuando se borra un fichero, se elimina del directorio el enlace no simbólico (hard link).